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Atención sanitaria a la población de europa del este

Cultura sanitaria: Salud mental

No suelen ir a los servicios de salud mental

En muchos países de Europa del Este, durante el periodo de los regímenes comunistas, los problemas de salud mental se utilizaron como excusa para encarcelar a mucha gente. Además, en las sociedades eslavas, el problema de un individuo es el problema de la familia, y los trastornos mentales llegaron a ser considerados como una vergüenza, algo casi deshonroso que había que ocultar a los demás. El afectado podía llegar a ser marginado socialmente, en el trabajo, entre sus amistades. Se generó entonces una fuerte resistencia a reconocer problemas mentales, incluso psicológicos, y quien los padecía podía ser considerado como débil o poco fiable.
Podría ser recomendable que, ante pacientes eslavos que pudieran presentar este tipo de trastornos, los médicos en nuestro país utilizaran una estrategia de aproximación progresiva e indirecta al problema, con un lenguaje eufemístico (por ejemplo, mejor hablar de “depresión”, “agotamiento por estrés” que de problemas mentales).

Si van a los servicios de salud mental, exigen un tratamiento farmacológico

Los pacientes de Europa del Este no creen en los tratamientos verbales o de otra clase que no sea la administración de fármacos, como hemos visto que demandan para el resto de enfermedades del cuerpo. Sólo confían en los resultados inmediatos y no suelen colaborar en terapias de largo recorrido.
Por lo que respecta a tratamientos basados o relacionados con el psicoanálisis, los ciudadanos de los países de Europa del Este han sido educados, en su inmensa mayoría, en el desprestigio de dichas terapias psicoanalíticas.

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