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Atención sanitaria a la población gitana

Comunicación y cultura: Comportamientos no verbales

Es posible que en determinadas situaciones se expresen con un paralenguaje muy enfático

Suelen valorar de manera muy positiva que el personal sanitario emplee un lenguaje no verbal muy cercano

Análisis de una interacción

Intervenciones

Aspectos problemáticos de la interacción

E1:       ¡Pero bueno, si acabo de hablar con ustedes hace media hora...!
F1:         ¡Dinos cómo está nuestro niño, que se nos va a morir ahí dentro él solito!

En una situación tan emotiva como la de la posible muerte de un hijo pequeño los pacientes gitanos anteponen la necesidad de dar respuesta a su angustia al seguimiento de las normas del hospital. Este comportamiento choca con las expectativas de la enfermera.

E2:         Ya se lo he dicho varias veces, tiene un politraumatismo craneoencefálico.
F2:         Pero dígame qué tiene, cómo está, qué le van a hacer...

Los problemas para comprender la terminología médica y, por tanto, la falta de información acrecientan el estado de ansiedad de la mujer. Además puede entender que la enfermera emplea esos términos como una forma de discriminación hacia ella, por carecer de estudios.

E3:         El médico de guardia le está dando el tratamiento que necesita.
F3:         ¡Pero qué le van a hacer, que se nos va a morir el probrecito...!

La falta de información detallada acerca del estado del niño y del tipo de tratamiento que está siguiendo hace que se agudice la falta de confianza hacia el centro hospitalario.

E4:         Señora, no grite que hay muchos pacientes en la sala que necesitan descansar.
F4:         ¡Cómo que no grite, si se va a morir mi niño ahí adentro! [Acercándose a la enfermera] Anda, por favor, cariño, déjanos pasar un momentito, que veamos cómo está...

La enfermera espera una expresión de preocupación más contenida, más acorde con las normas de convivencia del hospital.
La madre no concibe que se le exija contención en una situación como ésa. Intenta además un acercamiento afectivo hacia la enfermera, con términos cariñosos, lenguaje no verbal próximo y búsqueda de empatía.

E5:         [Separándose de la mujer, desviando la mirada, controlando los gestos y con un   tono de voz lo más profesional posible] Señora, ya le he dicho que sólo se puede pasar en horarios de visita.
F5:         ¿Horarios de visita? Yo necesito ver a mi hijo ahora ¿Es que no tienes corazón...?

La enfermera responde con un lenguaje no verbal distante, profesional, como una forma de rebajar el grado de emotividad; lo cual provoca mayor desconfianza y animadversión por parte de la mujer, que empieza a tratar a la enfermera con un tono agresivo.

E6:         Mire, señora, son las normas, no están ustedes solos en el hospital... por favor dígale a sus familiares que se vayan, que no estén todo el tiempo en la sala de espera, que la tienen ocupada [Cerrando la puerta]
F6:         Pero ¿cómo dices eso?, ¿cómo vamos a irnos con el niño ahí dentro? [Tocando a la puerta]

La enfermera apela una vez más a las normas de convivencia.
Una vez más, la mujer no concibe que en una situación tan extrema como la que están viviendo se pueda solicitar a los familiares que no estén acompañando al paciente, o que antepongan en general las normas hospitalarias a su sufrimiento.

 

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