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Atención sanitaria a la población de origen chino

Cultura sanitaria: Fallecimiento

Prefieren que no se les informe directamente de que sufren una enfermedad muy grave o incurable

En la cultura china, como en la mayoría de culturas, se observa una actitud contradictoria respecto a la muerte. Por un lado, en el pensamiento chino se cree en una vida después de la muerte, se asume ésta como un proceso natural, y se acepta que la persona decida sobre su propia muerte; doscientas cincuenta mil personas se suicidan anualmente, y el suicidio es la principal causa de muerte entre los quince y los treinta y cuatro años.
Pero por otro lado se observa una fuerte pulsión vitalista, que en ocasiones les lleva a intentar alargar por todos los medios la vida de los pacientes, aún a costa de importantes sufrimientos físicos (aunque en ocasiones si el enfermo es una seria carga para la familia, se pueden plantear seriamente la desconexión de las máquinas que lo mantienen artificialmente con vida); y en general el de la muerte es un tema de conversación tabú. A título anecdótico, el número cuatro es el número de la muerte en China, ya que ambas palabras presentan bastante parecido sonoro. En muchos hospitales, e incluso en hoteles y edificios de viviendas, no existen plantas o puertas con el número cuatro.
Lo habitual en los hospitales chinos es que se comunique a la familia, y no al propio paciente, que padece una enfermedad muy grave o incurable. Es el conjunto de la familia el que debe decidir si se le transmite la noticia al interesado, y cómo.

Prefieren que los familiares fallezcan en el hospital antes que en casa

Como comentábamos anteriormente, en la cultura china se evita tratar el tema de la muerte y, en general, se evita el “contacto” con todo lo relacionado con la muerte. Así, en muchas ocasiones las familias prefieren que el paciente muera en el hospital y no en la vivienda, como una forma de evitar que la mala suerte recaiga sobre esta última. De hecho, los pacientes ancianos pueden ser reticentes a ingresar en un hospital, porque lo asocian de una forma muy directa con la muerte.
A los muertos se les suele vestir con buenas ropas, normalmente negras. En general no se siguen complicados ritos mortuorios, aunque la gente que tiene dinero puede contratar monjes budistas o taoístas para rezar por el muerto. Los budistas no suelen llorar a sus muertos. La incineración no es muy habitual, sobre todo en zonas rurales.

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