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Atención sanitaria a la población de origen chino

Cultura sanitaria: Embarazo Y parto

Las embarazadas no suelen acudir a las revisiones durante el embarazo

En la sociedad china sigue existiendo mucho secretismo en torno a los temas sexuales. Existen muchos tabúes a la hora de tratar temas relacionados, directa o indirectamente, con el sexo; y apenas hay educación sexual, especialmente en las zonas rurales. A esto hay que unir el hecho de que, a diferencia de lo que ocurre en la cultura occidental, en la cultura china el embarazo está muy poco medicalizado. Muy pocas mujeres acuden en China a controles periódicos del embarazo, y siempre en zonas urbanas. Para las mujeres chinas someterse a controles médicos durante los meses de gestación equivale a considerar el embarazo como una enfermedad.

Las embarazadas suelen tomar una dieta especial durante el embarazo y después del parto

Como comentábamos anteriormente, la medicina tradicional china se basa en gran medida en el concepto de equilibrio. Se considera que, mientras está embarazada, el cuerpo de la mujer permanece en un estado yin, “frío”, y que, por tanto, debe evitar comer alimentos yin, como alubias, plátanos o melón, o bebidas frías (en el sentido térmico de la palabra). La dieta yang, rica en carne y huevos se mantiene durante varias semanas después del parto, hasta que se recupera el equilibrio entre yin y yang, ya que se piensa que la pérdida de sangre durante el parto intensifica el estado “frío” en el cuerpo de la madre. Por tanto, es normal que si la mujer debe quedarse en el hospital después del parto, rechace la comida del centro y sólo coma aquellos alimentos que le preparan sus familiares. Algunas mujeres toman también infusiones de plantas medicinales, sobre todo para eliminar toxinas. Si ha habido cesárea se evitan la carne de vacuno y los mariscos, ya que se considera que alargan los procesos de cicatrización.

Es habitual que antes del parto coman bastante y tomen bebidas calientes

A diferencia de lo que ocurre en otras culturas, las mujeres de origen chino no siguen ningún tipo de ritual especial previo o posterior al parto, ni deben adoptar una postura diferente a la habitual en los hospitales occidentales (como dar a luz de pie o en cuclillas), ni presentan costumbres especiales respecto a la manera de cortar y atar el cordón umbilical, ni sobre lo que se debe hacer con la placenta. Sin embargo, en China existe la costumbre de que antes del parto las mujeres beban abundantes líquidos calientes, como una forma de mantener el equilibrio entre yin y yang, ya que se considera que la pérdida de sangre durante el embarazo provoca un estado yin, frío.
Por otro lado, en China los partos se suelen llevar a cabo de manera tradicional, sin anestesia, ni otros tipos de ayudas médicas. Por este motivo es habitual que las mujeres coman abundantemente antes del alumbramiento, como una forma de afrontar con suficientes reservas energéticas el esfuerzo físico al que van a enfrentarse. Obviamente, esta práctica puede causar problemas en los partos en hospitales occidentales, en los que se les puede administrar algún tipo de anestesia.

Las mujeres no suelen expresar mucho dolor durante el parto

Aunque las personas de todas las culturas sientan el dolor con igual intensidad, no todas lo expresan con el mismo énfasis. Las mujeres (y, como veremos más adelante, también los hombres) de origen chino suelen dar expresión a su dolor de una forma llamativamente poco enfática. De hecho, en la cultura china puede llegar a estar socialmente mal considerado que la mujer se queje demasiado durante el parto.
Obviamente, este bajo énfasis expresivo puede ser interpretado erróneamente por el personal sanitario como un bajo nivel de dolor. No ocurre así con las mujeres mayores de la familia de la embarazada que, al contrario que los hombres, suelen asistir a la parturienta.

Es habitual que las mujeres reposen mucho durante el embarazo y después del parto

Cuando la mujer se queda embarazada, se suele convertir en el centro de la atención y los cuidados de toda la familia. Se evita a toda costa cualquier situación que pueda suponer un riesgo para el correcto desarrollo del embarazo. Las embarazadas tienen que estar lo más tranquilas y descansadas posible, evitando trabajos duros, sobre todo cargar cosas pesadas. Esta costumbre puede chocar con algunos de los consejos de la medicina occidental, como la conveniencia de que la futura madre haga ejercicios suaves como andar o nadar. Aunque se permiten las relaciones sexuales durante el embarazo, se suelen evitar el primer trimestre para no provocar abortos.

Las madres pueden mostrar cierto desinterés hacia el bebé recién nacido

En los momentos posteriores al parto puede llamar la atención, e incluso malinterpretarse, el aparente desinterés que demuestran las madres chinas hacia el recién nacido. En realidad esto obedece a la costumbre de que la mujer adopte una posición de reposo absoluto después del parto, y que sean las otras mujeres de la familia las que se ocupen del cuidado del bebé. Siguiendo con la lógica expuesta en el anterior apartado, la madre debe seguir siendo objeto de cuidados en los meses posteriores al parto, ya que la salud, la supervivencia del recién nacido, tan frágil en estos momentos, depende en gran medida de la salud de la madre. La mujer debe reposar junto con su hijo en un lugar cálido, y con una alimentación especial, de uno a tres meses. La mujer debe evitar bañarse, lavarse el pelo; o hacerlo de manera que no se exponga a corrientes de aire, que en su estado yin, “frío”, podrían resultar muy graves. Suelen esperar unos cien días después del parto antes de mantener relaciones sexuales.

Pueden poner reparos a darle nombre al bebé en los primeros días de vida

En la cultura china suele esperarse aproximadamente un mes antes de decidir el nombre del niño, lo que puede causar problemas con los procedimientos de registro administrativo. El nombre de pila, que se coloca detrás del apellido, tiene un significado referencial, por ejemplo gran ventura, y no es raro que se lo cambien a lo largo de su vida. A veces se pone a los niños nombres de niña, para protegerlos de los malos espíritus, que desprecian a éstas. En la época anterior a la República Popular China, muchas niñas carecían de nombre, se les llamaba por el orden de nacimiento: primera hija, segunda hija...
Siguiendo esta misma lógica, en ocasiones, si el niño ha nacido muy débil, se le pone un nombre de perro.

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