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Atención sanitaria a la población de origen chino

Contexto: Sociedad, cultura y atención sanitaria en la República Popular China

Pocas sociedades han sufrido durante el siglo XX, y lo que llevamos del XXI, transformaciones tan profundas como la sociedad china. Los principios sociales tradicionales se han visto fuertemente afectados por el sistema político comunista, especialmente en la época de la Revolución Cultural, y más aún si cabe, por la implantación de la economía de mercado capitalista. Aún así, la sociedad china sigue estando marcada por unos principios básicos que derivan del taoísmo y del confucianismo, y que la diferencian de las actuales sociedades occidentales.
En primer lugar, la sociedad china se rige por el principio de armonía de grupo. La china es una sociedad tradicionalmente colectivista, en la que la imagen y los intereses del grupo están por encima de los del individuo, en la que se valora muy positivamente el trabajo en equipo, y se evita a toda costa romper la cohesión o el equilibrio del grupo. El principal grupo social es la familia, un individuo es ante todo el miembro de una familia, aunque lógicamente, a lo largo del ciclo vital, tanto las familias como los individuos van estableciendo nuevas redas grupales de barrio, de amistad, de estudios, laborales, etcétera.
El otro gran principio que rige la sociedad china es el de jerarquía. En general se podría afirmar que la igualdad no se considera un valor positivo en sí mismo. De acuerdo con el confucianismo, la estabilidad de la sociedad debe estar basada en relaciones de desigualdad, de jerarquía: del gobernador sobre el gobernado, del padre sobre el hijo, del hermano mayor sobre el menor, del marido sobre la mujer, del amigo mayor sobre el menor. En realidad se podría hablar de una relación de complementariedad, una de las partes ofrece obediencia y la otra protección.
Los dos grandes principios sociales, de armonía y jerarquía, se reflejan, como es natural, en las formas de comunicación que se observan en la cultura china. La tendencia a mantener la armonía de grupo se refleja en el principio comunicativo de la evitación de conflicto (zuo ren). En un intento constante por salvaguardar la propia imagen y la de los demás, se evitan a toda costa las expresiones o comportamientos que puedan resultar ofensivos o comprometedores para los otros interlocutores.
El respeto y mantenimiento de las jerarquías sociales se refleja en el principio comunicativo de adecuación ritual (li), según el cual en cada situación el comportamiento comunicativo de un individuo está totalmente determinado por su posición social y la de sus interlocutores. El tipo de expresiones y comportamientos comunicativos de una persona varía de una manera muy apreciable dependiendo de si sus interlocutores presentan un estatus social igual, inferior o superior al suyo.

La sanidad familiar juega un papel fundamental en el sistema de atención sanitaria chino. Las familias chinas tenían bastantes conocimientos médicos, que aplicaban tanto a los tratamientos domésticos, como a la toma de decisiones respecto a qué tipo de medicina (y a qué médico en particular) acudir para tratar a uno de sus miembros. Hoy en día se ha perdido gran parte de esta erudición médica, aunque las dificultades para acceder a la sanidad oficial hacen que la mayor parte de enfermedades se traten en el seno de la familia. Sólo se visita al médico cuando se está muy grave. El 80% de las enfermedades se tratan en el ámbito familiar, con un muy elevado índice de automedicación, tanto de hierbas como de pastillas.

La medicina occidental (xiyi) se implantó en China sobre todo a partir de la instauración de la República Popular China en 1949, y supuso una gran mejora en las condiciones sanitarias de la población. A partir de 1966, a raíz de la Revolución Cultural, se impulsó especialmente la sanidad en los ámbitos rurales y se potenció la integración de la medicina occidental y la medicina tradicional china. En 1978, en la reunión de Alma-Ata, la ONU consideró a la sanidad china como el modelo a seguir: se valoró sobre todo su universalización y la fusión de la medicina occidental y la tradicional.
Sin embargo, las condiciones sanitarias han empeorado notablemente desde la instauración de la economía de mercado, en 1982. Se han agrandado las diferencias entre la atención a pacientes ricos y pobres, se dan malas condiciones en los hospitales, y los enfermos deben aportar gran parte del material sanitario.
En general la medicina occidental de China no presenta grandes diferencias respecto a la que se practica en Europa, aunque se observa un mayor índice de masificación, y un muy alto grado de burocratización. Hay muchos más médicos que médicas, excepto en el área de ginecología.
Los pacientes acuden a la medicina occidental para tratar enfermedades graves y urgentes, que exigen un tratamiento más intrusivo. Se considera que la medicina occidental se centra sobre todo en el síntoma y tiene más efectos secundarios. En cualquier caso, parece que hoy por hoy la opción preferida, o al menos la primera opción, es la medicina occidental, especialmente en las zonas urbanas, y entre la población más joven.

La medicina tradicional china (zhongyi) es, junto a la ayurvédica y a la hipocrática, una de las tres “medicinas clásicas”; y cuenta con una importante base científica y filosófica (especialmente del taoísmo y el confucianismo). Los textos clásicos de la medicina tradicional china datan de, aproximadamente, el 300 a C. Durante más de dos mil años fue la medicina de las élites letradas. Estuvo perseguida a partir de 1912, durante la China nacionalista y en las primeras fases de la China comunista, y entró en clara decadencia. Se la consideraba pre-científica y propia de una sociedad feudal.
A partir de 1954 empezó a revalorizarse. Se regularizó su enseñanza y su práctica, con el establecimiento de carreras universitarias, hospitales, colegios médicos, etcétera. En las últimas décadas ha tenido fases de acercamiento a la medicina occidental, llegando a crearse un tipo de práctica mixta (zhongxiyi huye).
La medicina tradicional china está menos estandarizada y burocratizada que la occidental, es muy importante la peculiaridad de cada médico, su prestigio personal. Aunque se enseña en las universidades, aún es muy importante la relación entre maestro y aprendiz. Hay muchos más médicos que médicas tradicionales.
En general hay una preponderancia de la medicina occidental, y un acercamiento a la misma de la medicina tradicional. Los profesionales de la medicina tradicional consideran que suelen ser la segunda opción, cuando ha fallado la occidental. Se acude a la medicina tradicional sobre todo para tratar enfermedades leves, o crónicas, que exigen un tratamiento a largo plazo. Se considera que la medicina tradicional ataca más a la raíz del problema, y tiene menos efectos secundarios negativos. Se da un mayor seguimiento de la sanidad tradicional en zonas rurales y entre personas mayores.

La sanidad popular china (minjian yixue) se inscribe en la gran tradición chamanística asiática. Los chamanes o curanderos suelen carecer de estudios, aprenden sus conocimientos con un maestro del que fueron aprendices, y suelen hallar su vocación tras sufrir una enfermedad grave. No suelen presentar comportamientos sociales extravagantes; aparte de su actividad como curanderos están normalmente integrados en la sociedad. Suelen tener un carácter fuerte y dotes de mediación social. A veces se distingue entre curanderos sagrados o laicos, aunque ambos ámbitos se suelen solapar.
Desde 1949 hubo campañas muy fuertes contra la superstición y la religión, y el chamanismo casi desapareció. Últimamente parece haber resurgido sobre todo en las zonas rurales más pobres y aisladas. En la actualidad existe una sanidad popular aceptada oficialmente, basada sobre todo en el uso de plantas medicinales, aunque con una cierta carga espiritual, especialmente en torno a la adivinación; y otra no aceptada, de carácter eminentemente espiritual, religioso, basada en la comunicación con entidades espirituales a través de estados de trance.

 

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