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Atención sanitaria a la población de origen británico

Cultura sanitaria: Relación con personal sanitario

Como apuntábamos, surgen problemas que no tienen su origen estrictamente en diferencias culturales: el papeleo, las largas esperas para determinadas pruebas, la dificultad de conseguir una cita con cierta urgencia, etc. Los usuarios británicos del sistema sanitario español se quejan también de la descortesía y la falta de paciencia de algunos trabajadores que atienden al público.

En algunos casos, esta queja se hace extensiva a los médicos de cabecera y se expresa en términos muy parecidos a los que oímos entre los usuarios españoles: el trato es demasiado impersonal, algunos médicos ni siquiera te miran, las visitas apenas duran cinco minutos, etc. La mayoría de encuestados, sin embargo, se muestran comprensivos y justifican esta actitud de los médicos por la saturación de pacientes y la implantación reciente de sistemas informáticos.

En cuanto a los médicos españoles, un número significativo de encuestados consideran que no visten adecuadamente, que su indumentaria es demasiado informal. Incluso los que no censuran esta circunstancia destacan la diferencia entre los dos países en este aspecto, y señalan que en el Reino Unido, la gran mayoría de médicos hombres, por ejemplo, llevan camisa, corbata, zapatos y nunca llevarían zapatillas, sandalias o pantalones vaqueros cuando trabajan. Generalmente, no hay una normativa explícita en los hospitales o centros de salud (al igual que en las escuelas): se trata de convenciones que se siguen por tradición. Como en España, los trabajadores del servicio de urgencias suelen ir de uniforme.

A este respecto, resultará ilustrativo traer a colación un paquete de medidas que están regulando o regularán, en un futuro cercano, la indumentaria de médicos y auxiliares en el Reino Unido. No podrán llevar prendas de manga larga (ni siquiera la bata blanca), corbatas, relojes, pulseras o anillos. El objetivo de esta prohibición, a la que se ha dado en llamar “bare below the elbows” (algo así como “nada por debajo de los codos”), es evitar el contagio de enfermedades por falta de higiene. Las medidas han suscitado reacciones diversas: muchos profesionales las apoyan, aunque lamentarían la desaparición de la bata blanca, que, según argumentan, les sirve como distintivo ante los pacientes.

Además de lo dicho hasta aquí, hay una diferencia de praxis entre los médicos británicos y los españoles, sobre la cual informaron algunas entrevistadas. En los hospitales del Reino Unido, cuando un médico hombre necesita explorar a una paciente (típicamente, durante una exploración ginecológica), suele estar acompañado de una enfermera (metafóricamente llamada chaperon). Esta práctica obedece a lo siguiente: al parecer, las pacientes están más cómodas si otra mujer está presente, y, sobre todo, el médico tiene una testigo en caso de que la paciente presente una queja injusta o improcedente.
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