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Atención sanitaria a la población de origen subsahariano (con especial atención al caso de Senegal)

Contexto: Cultura, sociedad y atención sanitaria en Senegal

La unidad social básica del África subsahariana es la familia extensa, en la que comparten casa y comida los abuelos, sus hijos con sus respectivos cónyuges y sus nietos. En muchas lenguas del África subsahariana se emplean los mismos términos de parentesco para referirse al hermano y al primo, o para referirse a la madre y a las tías, o al padre y a los tíos, lo cual refleja una concepción de las relaciones familiares que se aleja llamativamente del modelo de familia nuclear (padre, madre e hijos) propio de las sociedades occidentales. También la idea de individuo difiere de la que se observa en Europa. En el África subsahariana tradicional cada persona es, antes que un individuo, el miembro de una familia, de un linaje, de un pueblo o de un grupo social en general. En las duras condiciones de vida a que se ve sometida la población de estas zonas, la solidaridad familiar o grupal puede resultar una pieza clave para la supervivencia. Todo aquel que tiene medios debe contribuir a la subsistencia de la familia, y la familia debe intentar garantizar la subsistencia de todos sus miembros.

Las estructuras sociales de las etnias wolof, serer y pular de Senegal presentan características bastante similares. En general se trata de sociedades de castas, es decir de sociedades fundamentadas sobre la no igualdad. Aunque actualmente las castas han perdido vigencia política y económica, todavía se mantienen en el plano social y cultural, en el trato personal, y en los patrones de comunicación. Las interacciones comunicativas presentan características muy diferentes dependiendo de si los interlocutores tienen o no un mismo estatus social. Las interacciones entre iguales siguen un patrón comunicativo muy próximo, con abundante información personal, sin mentiras sociales, con una forma de expresión muy directa, un paralenguaje muy enfático, una toma de turnos de palabra muy dinámica, con abundantes solapamientos y continuadores, y un lenguaje no verbal muy expresivo, que puede incluir el contacto físico. Sin embargo las conversaciones entre individuos de diferente estatus social presentan las características contrarias, las típicas características de las interacciones distantes, marcadas por la cortesía y el respeto mutuo.

Las interacciones entre sanador tradicional y paciente se inscriben en este patrón de desigualdad social. Durante la consulta apenas se intercambian información. El paciente explica su dolencia de una forma muy breve y genérica y el sanador apenas le hace ninguna pregunta. El diagnóstico se basa en gran medida en procesos adivinatorios. No se abordan temas delicados, o se abordan mediante expresiones muy indirectas. El paralenguaje es muy poco enfático por ambas partes. Se dan largos silencios y no se observan solapamientos o lucha por los turnos de palabra. El lenguaje no verbal es muy poco expresivo. El paciente normalmente no mira a los ojos al sanador, que, por su parte raras veces procede a un examen físico.

Existen varios tipos de sanadores tradicionales en Senegal, dependiendo del tipo de dolencias en que esté especializado, y de la carga de religión musulmana o animista que presenten sus tratamientos. El más popular es el marabout. Los marabouts mezclan principios religiosos musulmanes y animistas, con conocimientos de plantas medicinales trasmitidos de padres a hijos, o de madres a hijas. A pesar de contar con ciertos poderes espirituales, se trata de personas “normales”, que se dedican a las mismas actividades que el resto de la gente, y que gozan de cierto prestigio social. Suelen estar disponibles a cualquier hora del día, y el pago se adapta a las posibilidades del paciente. Se centran sobre todo en enfermedades leves, crónicas, mentales y sexuales; y derivan a los pacientes que no pueden tratar a otros sanadores o a la sanidad occidental. En algunos casos colaboran con los profesionales de la medicina occidental, sobre todo en el ámbito rural y en salud mental. En la República Democrática del Congo, donde la mayoría es cristiana, los sanadores o guérisseurs incorporan elementos cristianos y animistas además del uso de plantas medicinales.

La sanidad biomédica empezó a asentarse en el África Occidental en la época colonial, y ha tenido continuidad después de la independencia. Aún hoy en día la población suele acudir mayoritariamente a la medicina tradicional, en ocasiones simultaneándola con la biomédica. Los profesionales de ambos tipos de sanidad colaboran sobre todo en el ámbito rural y el de la salud mental.

La sanidad occidental no es gratuita, cada consulta, y la medicación prescrita, se pagan a un precio considerable para la situación económica de la mayoría de los pacientes. Además los centros de salud y hospitales cuenta con muy escasos medios técnicos. Los médicos están valorados como buenos profesionales, no así el resto de personal sanitario y administrativo. Hay un elevado nivel de corrupción, que se traduce, entre otras cosas, en el hecho de que en ocasiones los pacientes se ven obligados a pagar por conceptos por los que no les correspondería. La ausencia de procedimientos y controles administrativos, entre otros motivos, hace que se observe un trato muy diferente para los pacientes que son FAC (familiares, amigos y conocidos), y los que no lo son. El trato personal a los pacientes, incluso por parte de los médicos, se podría definir como alienante. Esto es especialmente grave en las maternidades.

Sin embargo, en la República Democrática del Congo, hay un importante número de dispensarios y clínicas privadas, incluso hospitales estatales, gestionados por religiosas. Es estos centros se atiende a los pacientes con dignidad y equidad. Sin embargo, hay que pagar algo por los servicios, a menudo a costa de empeñar algunos bienes.

Además de por los motivos anteriormente comentados, los pacientes tienen mucha desconfianza hacia la sanidad occidental, que siguen identificando con la sanidad colonial. Por ejemplo, se sospecha que detrás de las campañas de planificación familiar pueda haber procesos de esterilización.

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