

Atención sanitaria a la población de europa del este
Comunicación y cultura: Comportamientos no verbales
Consideran poco adecuado expresar dolor o debilidad
La cultura eslava valora positivamente el autocontrol, la contención, la no expresión de las emociones en espacios públicos. Ante el dolor, que se suele considerar algo inevitable asociado a la enfermedad, se valora aguantar, no expresar que se está padeciendo. Si se les pregunta, los eslavos tenderán a minimizar o quitar importancia a esas sensaciones de dolor, aunque sean grandes.
Esperan que el médico dirija la conversación pero que no les interrumpa
En la cultura eslava, como hemos visto, la relación jerárquica entre los interlocutores y la evitación del conflicto son parámetros fundamentales. Por ello, en la consulta, el médico, como interlocutor que asume aquí un rol jerárquicamente superior, debe dirigir la conversación. El intercambio comunicativo entre doctor y paciente estará marcado por unas formas muy correctas, educadas, con un respeto escrupuloso por los respectivos turnos de conversación, tanto en las partes codificadas de la conversación, como saludos y despedidas, como en aquellas donde se intercambie información. En este sentido, las interrupciones, los solapamientos en el turno de palabra que podrían darse en conversaciones donde el médico fuera de cultura mediterránea, más cercana e igualitaria, son vistos por los pacientes de los países de Europa del Este como elementos distorsionantes, muestras de poco respeto hacia el interlocutor. Por el contrario, la toma de turnos en la cultura eslava está fuertemente condicionada por los pausas, pequeños silencios respetuosos entre turno y turno de palabra.
Análisis de una interacción
Intervenciones |
Aspectos problemáticos de la interacción |
D1: Buenos días, señora… Alexandróvna. ¿Es correcto? [habla rápido, en un tono alto, mirando a los ojos] |
El médico invita a entrar a la paciente hablando en un tono algo elevado, pronunciando rápido y mirando directamente a los ojos. Tal vez la combinación de estos factores, sobre todo la mirada directa, pueda parecer algo intimidatoria a la paciente.
|
D2: ¿Cómo dice? ¿qué? Ag… Ayeeva. Es difícil. Mejor te llamo Elena [mirada directa, sonrisa amplia] |
Aquí el médico no escucha bien a su paciente, no entiende bien lo que le quiere decir. Tiene dificultad con la pronunciación. Entonces, opta por llamar a la paciente por su nombre de pila y con el correspondiente tuteo. La paciente acepta, sin establecer todavía contacto visual. Para los eslavos, el tuteo con desconocidos es una falta de consideración con el interlocutor.
|
D3: A ver, dime [se echa hacia atrás, cruza los brazos, mantiene la sonrisa y la mirada directa]
|
En este breve intercambio contrasta la postura corporal del médico, más relajada, con la de la paciente, más tensa y contenida. |
D4: Ah, sí, ya me acuerdo. Ya le dije que tomara estas pastillas. ¿Lo ha hecho?. Parece que tiene mejor aspecto. |
El doctor interrumpe a la paciente, le hace una pregunta directa y piensa, ante la falta de expresividad de su paciente, que el dolor tal vez ha menguado. Pero en la cultura eslava, en general, no se manifiesta públicamente el dolor físico. |
D5: [habla despacio, enfático] Bueno, sólo han pasado tres días. Sigue con esta medicación y ya verás, lo importante ahora es que se te pase el dolor. |
El médico, que vuelve a interrumpir, no da importancia a la pregunta indirecta de su paciente. Considera que lo importante es seguir la medicación prescrita, atacar los síntomas de la enfermedad. Habla despacio, como si su paciente no la entendiera, con tono enfático pero sin dar la explicación pedida por la paciente. |
D6: Pero bueno, no me acaba de decir… mujer, no se deben mezclar medicamentos. Ese jarabe… bueno que no está… está indicado para otras enfermedades. Hay que seguir el tratamiento que yo le indique. |
El médico está desconcertado porque la paciente no sigue sus indicaciones, hasta llega a cuestionarlas. Parece que va a dar una explicación, pero no lo hace. Insiste en que se siga el tratamiento prescrito. |
D7: A ver, si yo se las receto será porque le van a ir bien, no le voy a dar algo que la perjudique[gesticula con movimientos rotundos, alza el tono de voz] |
El doctor insiste en la validez del tratamiento que ha propuesto. Pierde un poco la paciencia, como se desprende de su lenguaje corporal. |
D8: No la oigo, ¿Pruebas? ¿qué pruebas? ¿para qué? Por favor, si ya le he dicho lo que es, y lo que tiene que tomarse, pero bueno, pruebas, ¿así, de buenas a primeras? [expresión seria, brazos en jarras] |
Aquí el doctor rechaza la petición de la paciente, hace unas preguntas que parecen directas, pero que en realidad no interpelan a la paciente. No entiende que le pidan una explicación sobre el origen de la enfermedad. |
D9: Mire, yo ya la diagnostiqué la otra vez. Si no tiene otros síntomas, no lo veo necesario. Ahora bien, si insiste, puedo mandarla al Centro de Especialidades. ¿Hay algo que no me haya contado? [mirada muy directa y mantenida un tiempo] |
El médico no ve la necesidad de esta petición. La paciente, por su parte, insiste en su petición. Considera que si este médico tiene tanta dificultad en decirle por qué está enferma, pues es mejor para todos consultar a otro. |
D10: Pues qué quiere que le diga. En fin, aquí está el volante. Si no quiere nada más (.)[gesto con la mano] |
La conversación se cierra en falso. Las dos partes no se entienden, el lenguaje corporal es tenso. Se mantienen las formas, pero es evidente que los dos interlocutores hablaban de cosas diferentes y enfocaban la situación con puntos de vista divergentes. |